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sábado, 20 de mayo de 2017

UNA LECCIÓN DE LA ATENCIÓN.

La mañana del sábado 20 de mayo del 2017, un día tranquilo en la capital Tegucigalpa,  como sucede en el resto de este país-Honduras, porque las oficinas publicas no trabajan y la empresa privada trabaja a medio vapor.
Este día hay que olvidarse un poco de las comidas que tienen menos calorías y hay que darse un respiro para saborear la comida tradicional hondureña, y para que el sábado sea placentero me dirijo a lugar donde una señora cada mañana sabatina en la esquina de un bloque durante un par de horas vende nacatamales de cerdo y pollo.
En el trayecto me encuentro con una señora jubilada en el porch de su habitación, esta ocupada preparando verduras para cocinar el domingo otra de las comidas tradiciones de este país, como lo es el mondongo (es el estomago de la vaca al cual se le hace un lavado previo y se cocina en Honduras con verduras picadas).
Como siempre alegre nos saludamos y me invita a que diga a mi compañera de hogar que el domingo se venderá el popular mondongo y así evitara cocinar el primer día de la semana.
Llego a este lugar y me atiende una pareja y me pregunta "cuantos quiere"? le respondo que en esta ocasión les comprare cinco nacatamales de carne de cerdo. 
La señora que luce un llamativo delantal me dice con mucha alegría: "Le gusta el encurtido?, para ponerle una bolsita, y limón le gusta? para regalarle. 
"Si me gusta el encurtido y el limón también" le respondo, "Ey voz dale al señor una bolsita y dos limones" .
Los nacatamales dicen sus propietarios que "son sabrosos" porque son hechos en el municipio de Sabanagrande, un lugar que dicen ser exclusivo para la preparación de este producto.
El señor que va sacando cada uno de los nacatamales de una cubeta color blanco, que antes almaceno pintura, se dirije a mi persona y con una sonrisa me pregunta: "y tortillas va a llevar", le digo que "no me encargaron tortillas",
Pocas veces me encuentro con personas que ven en el cliente como lo mas importante, y esto lo vivo a diario en diferentes empresas que tienen diferentes incentivos para sus clientes por sus compras.
Es lamentable el trato para los clientes, en muchos casos cuando los compradores piden a quienes les atienden que van a hace efectivo determinado incentivo por la compra, les atienden de mala gana y en la mayoría de los casos con su trato dan un mal servicio.
La pareja de campesinos que cada sábado llega a esta colonia a vender los deliciosos nacatamales me dio una lección de como se debe atender a los clientes.

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