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Los hondureños se sienten defraudados por algunos periodistas extranjeros. |
El viernes 6 de septiembre del 2013 cuando se enfrentaron las selecciones de Honduras y México, partido valedero por la Hexagonal rumbo al mundial de Brasil 2014.
Las cadenas internacionales dieron un despliegue de tecnología impresionante.
El triunfo de Honduras de 2-1 ante México, fue minimizado por algunos periodistas que convirtieron la transmisión en un evento cargado de falta de ética.
En algunas de las cadenas se confirmó como menosprecian a su auditorio por su comentarios alejados de la verdad, mientras otras cadenas confirmaron su objetividad y desplazaron a otras que antes eran dignas de imitar.
Cuando
se enciende la radio, toma el control par ir al canal deseado o a la mañana ir
por el diario impreso favorito, se hace con el fin de informarse de los eventos
donde se encuentre la verdad,
objetividad y ética profesional.
Narradores
y comentaristas deportivos, tienen que ser objetivos en cada una de sus intervenciones
y sus comentarios mesurados, dejando en la casa el equipo de sus amores, ya que
para el que escucha, ve y lee desea tener mucha emoción.
El
comunicador debe tener objetividad o por lo menos intentarlo, dejar en un rinconcito
la playera-camiseta de su equipo; caso contrario se convierte en apasionado de
su club. Cuando no se seguidor de un conjunto los comentarista tendrán credibilidad
y vendrá el reconocimiento del público que lo sigue.
Gracias
a Dios muchos están viendo el partido por la televisión y no se apegan al
comentario parcial de muchos profesionales de la información. Por ello el
periodista deportivo tiene la obligación de observar con la debida
responsabilidad el partido y no caer en exageraciones al gritar el gol.
Cuando
no hay objetividad los relatores y comentaristas se convierten en hinchas con emociones
desbordadas y se dedican a no valorar las virtudes de los contrarios y siempre
dicen ser los mejores y llegan hasta ridiculizar a los jugadores de un cotejo.
Por
hacer enfoques alejados de la verdad es que algunos los periodistas deportivos
se convierten en animadores de problemas entre las aficiones, y hasta entre los
dirigentes. Llegan a extremos no dignos de imitar por la comunidad que les
siguen en sus transmisiones.
En una
transmisión hay que decir la verdad, con objetividad y precisa como uno de los principios
del periodismo deportivo. No es necesarios de trasladar la información con
supuestos y para ello hay que ir a la fuente para evitar la desinformación.
Un
relator o comentarista deportivo debe tener cualidades innatas, y para ello debe
haber nacido con vocación para esta actividad. Algunos de estos comunicadores se
jactan de haber estudiado en las mejores universidades, pero que pasa si no
tienen vocación. A aquellos que no nacieron para ser periodistas es urgente que
copien lo bueno de verdaderos comunicadores deportivos que son verdaderos
autodidactas.
No se
pierde, se gano mucho cuando se actúa con objetividad y tiene como norma ser
mesurados en cada una de las apreciaciones, tener ética y dejar la camiseta en
la casa, así quienes hoy tienen la oportunidad de esta en un medio de
comunicación ganaran la admiración y credibilidad.
En
algunas cadenas internacionales sus seguidores abandonaron su fidelidad a
seguirles, por el menosprecio al periodismo deportivo, en cambio en otras
cadenas sus nuevos seguidores se sienten orgullos al ser testigos de los análisis
y narraciones, que constituyen autenticas obras literarias.