La mañana del martes 27 de junio del 2017, transcurre en la capital de Honduras-Tegucigalpa con emisoras y canales de televisión que a partir de las cinco de la mañana dan noticias de violencia que ya no impresionan a los que viven en Honduras.
Nadie se imagina que sera un día de muchas noticias violentas, y una de las causas es que en este país centroamericano la inversión es mínima en educación y salud, y esto disparo la violencia a niveles escandalosos.
Muchos hondureños ante esta situación al salir de sus hogares hacen múltiples oraciones a Dios pidiéndole que les cuide y les regrese sanos y salvos al ceno de sus familias.
En el centro de Tegucigalpa, la noticia corre como pólvora que un conductor de un bus ejecutivo fue acribillado en el puente Soberanía, lugar donde transitan miles de capitalinos que van y vienen de los mercados Las Américas, San Isidro y Colón.
Hasta aquí llego la tranquilidad este martes donde muchos hondureños, se muestran impotentes ante la descomposición social que se vive en este país de América.
Hasta aquí llego la tranquilidad este martes donde muchos hondureños, se muestran impotentes ante la descomposición social que se vive en este país de América.
Mientras abordo un bus enfrente de lo que fueron las oficinas de la antigua Casa Presidencial y el banco Central, los pasajeros comentan con detalles como ocurrió este cruento hecho.
Este es un lugar donde los vehículos se detienen y es una locura el embotellamiento de vehículos de todas las marcas todos van a vuelta de rueda.
Este es un lugar donde los vehículos se detienen y es una locura el embotellamiento de vehículos de todas las marcas todos van a vuelta de rueda.
A las 12:00 del medio día el bus rapidito inicia el recorrido y a lo lejos se aprecian personas aportadas en los barandales de puentes Mallol y Soberanía presenciando lo ocurrido en pleno centro de la capital hondureña y por arte de magia luego de la muerte de este hondureño aparecen policías por todos lados cuidando la escena del crimen.
Incomodo en este medio de transporte, a tal extremo que las rodillas pegan en el asiento anterior y y desde que el pasajero de acomoda no se puede mover, entretanto el conductor acelera porque que hay que hacer la tarifa que tiene que entregar al propietario.
Han pasado muchas cuadras y no hay ningún policía, una pasajera comenta en voz alta que "en este país no ha seguridad para nadie, que Dios nos salve", acto seguido un señor de piel trigueña,le responde "hay que convivir con esta situación y no hay que hablar mucho porque uno no sabe con quien habla".
En segundos la situación cambia, cuando una señora abre la puerta de su vehículo y sale en carrera con dirección al bus rapidito que va lleno de pasajeros, con las manos en la cabeza y pidiendo auxilio.
"Agachence, nadie salga que es peligroso, tranquilícense que ya posara esto" grita el conductor del bus a los pasajeros que buscan como protegerse.
A 100 metros se observa que un señor saca un arma larga y se escucha un disparo y todos creen que a alguien ha muerto.
En segundos se vuelve a la "tranquilad", y pasar por el lugar donde tuvo lugar el suceso se observa un vehículo con las puertas abiertas de par en par.
Al llegar a la siguiente estación, una señora con dos niños es presa de los nervios, llora y dice con lagrimas en sus ojos "ya no se puede vivir, mire cuando un carro se paro y disparo creo que hay un muerto y una señora salio corriendo".
De nuevo aparecieron muchos policías con armas de asalto, pero a nadie aprendieron y pararon el trafico para inspeccionar el vehículo que quedo con las puertas de par en par. Escena que se repite a diario en Tegucigalpa, Honduras.
El bus rápido arranca, todos comentan lo que han vivido el medio día de este martes, luego hay un silencio y cada uno de loa pasajeros van bajando en las diferentes estaciones y así transcurre la vida en una ciudad convulsa y sus habitantes implorando seguridad.
El bus rápido arranca, todos comentan lo que han vivido el medio día de este martes, luego hay un silencio y cada uno de loa pasajeros van bajando en las diferentes estaciones y así transcurre la vida en una ciudad convulsa y sus habitantes implorando seguridad.
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