El pasado proceso electoral en Honduras que culminó con las elecciones generales el 26 de noviembre/2017, evidenció como algunos periodistas defienden más a un partido político que sus respectivos dirigentes.
Mientras unos comunicadores se convirtieron en un ejemplo para lectores, oyentes, televidentes al dar un balance en la noticia, otros siguieron la misma línea de los procesos anteriores donde abiertamente descalificaron a determinados líderes políticos.
Producto de este comportamiento algunos periodistas son más "papistas que el papa", por la manera de desempeñar su profesión como periodista el raiting y credibilidad sigue bajando estrepitosamente, a extremos nunca imaginables.
Otros comunicadores aprendieron la lección y hoy son prudentes en sus apreciaciones y recuperaron la credibilidad, su audiencia aumentó a extremos que los políticos quieren siempre estar en la agenda de estos medios de cimunicacion.
Mientras unos medios de comunicación se olvidaron de ejercer su labor perioditica, cada acción de esta clase de periodistas lo que menos hacen es informar, orientar, lo que hacen es política partidista.
Algunos medios convierten sus noticieros y tertulias en feroces ataques frontales a determinados lideres políticos con un vocabulario que linda con el delito.
Quienes están al cargo de las universidades donde se forman los futuros orientadores y forjadores de la opinión pública, algo tienen que hacer para que su profesión no caiga en el desprestigio alarmante.
Mientras unos comunicadores se convirtieron en un ejemplo para lectores, oyentes, televidentes al dar un balance en la noticia, otros siguieron la misma línea de los procesos anteriores donde abiertamente descalificaron a determinados líderes políticos.
Producto de este comportamiento algunos periodistas son más "papistas que el papa", por la manera de desempeñar su profesión como periodista el raiting y credibilidad sigue bajando estrepitosamente, a extremos nunca imaginables.
Otros comunicadores aprendieron la lección y hoy son prudentes en sus apreciaciones y recuperaron la credibilidad, su audiencia aumentó a extremos que los políticos quieren siempre estar en la agenda de estos medios de cimunicacion.
Mientras unos medios de comunicación se olvidaron de ejercer su labor perioditica, cada acción de esta clase de periodistas lo que menos hacen es informar, orientar, lo que hacen es política partidista.
Algunos medios convierten sus noticieros y tertulias en feroces ataques frontales a determinados lideres políticos con un vocabulario que linda con el delito.
Quienes están al cargo de las universidades donde se forman los futuros orientadores y forjadores de la opinión pública, algo tienen que hacer para que su profesión no caiga en el desprestigio alarmante.
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